miércoles, 30 de junio de 2010



Esta entrada la escribí como comentario a la última entrada de MªCarmen. A sugerencia suya, la comparto con vosotr@s como Post en vez de comentario. Respeto la forma en la que la escribí y sus intenciones.

Hola a tod@s , os agradezco muchísimo vuestras aportaciones. Cuanto menos, me hacen revisar mis posicionamientos, mis actuaciones y me invitan a sacar a mi curiosidad a pasear.

Mari Carmen - siempre precisa y luminosa en sus apreciaciones - me hizo notar que, en mi caso, en pocas ocasiones utilizo la expresión
de nada en favor de otras expresiones acompañadas de una sonrisa.
Te lo agradezco.

Por otra parte me ha llamado mucho la atención tu respuesta ,María.

Tomando que éste es un ámbito donde existe el compromiso de compartir; me gustaría ofrecer lo que yo conozco con la intención de seguir investigando.

Parto de la afirmación de que cada palabra(significado/significante, a lo largo de su evolución histórica, obedece a una ideología dominante en un tiempo y espacio determinados( quizá esta afirmación explique que, en ocasiones, los significados se alejen tanto de aquél etimológico.

Parto ,también, de la premisa de que es un derecho y una obligación de los hablantes de cada lengua modificarla, alterarla, recrearla … según los mapas de cada individuo que la utiliza( éste podría ser el motivo de la evolución de las mismas a lo largo del tiempo.

Hasta donde yo conozco" dar las gracias" en el sentido de
la gracia que me has otorgado por… está emparentado con la evolución de la palabra en hebreo que es, a su vez, la tradición donde se enraíza la ideología cristiana.
La raíz primera, en este caso, sería: favor otorgado por Dios a los redimidos o santificados.

Según la información de la que dispongo, gracias proviene de gratias ( de ella deriva gratus :agradable, agradecido) y en su origen significaba: honra o alabanza que, sin más, se tributaba al otro. Para, luego, significar el favor( sig. Etimológico) y el reconocimiento de un favor.

ejem.
Obtener el favor del rey
Tener el favor de las Gracias

Gratia y Gratus comparten raíz y dan origen al préstamo literario Charites ( de aquí proviene la palabra caridad) que en su evolución “hebrea” se liga exclusivamente a la imagen de Cristo y a su muerte expiatoria como favor ilimitado.

También he descubierto que ,partiendo del origen etimológico de gracias, cabe que la respuesta “de nada” sea ajustada.

La raíz latina de “de nada” es
res nata que significa “cosa nacida.

La ecuación entre ambas sería algo así como:
Alabanza de la cosa nacida

Para mí, es hermosa. Además percibo, atendiendo a su significado primero, su complitud ( no sé si existe este palabro.

Aún así, yo me quedo la fórmula de cualquier forma lingüística(o no) acompañada de una amplia sonrisa.

Con amor.

Sergio

Ps- María, te agradecería me aclarases qué matices sibilinos encuentras en utilizar la fórmula “de nada”( yo no encuentro intención misteriosa u oculta en ello. Para mí, se trata de que el hablante hace lo mejor que sabe hacer cuando la utiliza.
Además, te agradecería que me dijeses cuáles son los mecanismos que se activan al utilizar “de nada” y en que modo actúan para limitar la expansión de la conciencia.

Besos

lunes, 28 de junio de 2010






Hace algún tiempo que estoy reflexionando acerca de esta respuesta tan utilizada coloquialmente (me refiero a eso de decir o recibir un “de nada” en contraprestación a una muestra de agradecimiento), dándome cuenta de que me disgustan las implicaciones que tiene para mí y para el otro cuando la practico en mi lenguaje verbal.

Así que me dispongo a compartir mi interpretación de su uso así como proponer algunas alternativas, en las que yo personalmente me voy a entrenar para incorporarlas a mi experiencia y comprobar de primera mano el resultado del experimento lingüístico.

Parto de que a través un !!gracias!!, ofrezco compensación o respondo favorablemente al trabajo o esfuerzo que se me dedica, expreso el agradecimiento por un beneficio recibido.

Me doy cuenta que cuando digo “de nada” realizo una doble subestimación: de un lado infravaloro lo que yo aporto a la otra persona ( el valor que le doy a lo que aporto es nada, lo que aporto no tiene valor, no es susceptible de merecer agradecimiento).

De otro lado infravaloro el agradecimiento de la otra persona, resto valor a su capacidad de evaluación respecto al suceso. Es como decir “no sabes discernir entre lo que es digno de agradecer y lo que no”.

Diciendo “de nada” en realidad me da la sensación que digo: oh! no pretendía ofrecerte un beneficio, nada de lo que he hecho o dicho es para ti.
¿Qué pasaría si en respuesta a un ¡gracias! dijéramos: “ha sido un placer”, “me gusta poder ayudarte” (o como dicen los argentinos “es un gusto”), “gracias a ti también”, “he disfrutado mucho haciéndolo”,.....?

¿Qué pasaría si en respuesta a un ¡gracias! recibiéramos una honesta y amplia sonrisa sin más?

¿Qué estado nos permitiríamos disfrutar a nosotros mismos y al otro?

Ahí lo dejo para quien lo quiera acoger y aplicarlo a su experiencia personal.

M.Carmen