"Ahora sé que nada es en balde.
Ahora sé que todo requiere su esfuerzo.
Ahora sé que todo tiene un mérito.
Ahora sé que nada se regala.
Ahora sé que el ser humano tiene que superarse.
Ahora sé que el esfuerzo tiene que ser día a día.
Ahora sé que no se tiene que abandonar el camino.
Ahora sé que no hay que rendirse.
Ahora sé que donde haya un sueño todo es posible."
Estas palabras me las encontré en mi diario y las escribí al alcanzar la cima de aquel C.O.U., tenía 18 años y estaba a puertas de la Universidad. Hoy recuerdo que sudé, lloré e hinqué los codos con un empeño y tenacidad que aún hoy me sorprendo. Alcancé uno de mis primeros objetivos, y esa satisfacción la recuerdo con sabor de éxito.
Aun quedo impresionada al darme cuenta que cuando alcanzo mis metas parece que el cielo se aclare sobre mi alma, sobre mis emociones, sobre todo mi ser... es algo de lo que me nutro, me gusta vestirme con esas sensaciones, y pensar que todo es posible.
Besos para tod@s.
Maria M.
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Delicado, emotivo, honesto y conmovedor.
ResponderEliminarMe encantaría saber que has decidido mantenerte en ese rumbo y que tus virajes sean solamente para salvar los obstáculos.
Jo tia, !que bien escribes¡
ResponderEliminarUna de las cualidades que más admiro, valoro y respeto, es la capacidad de soñar, de ilusionarse y de tener metas. Y la gente que con el paso del tiempo, no pierde esa capacidad me merece un respeto que raya en veneración. Siempre me junto por si se pega algo. No dejes que esa ilusion disminuya, no te vuelvas gris. Un blogbrazo. Victor