martes, 20 de abril de 2010

Sinónimos: pero, sin embargo; y otras Mentiras

SuperSer me ha pedido que publique este post. Aprovecho para darte las gracias por tu aportación, conocimientos lingüísticos (que a tantos tanta falta nos hace) y tu "darte cuenta" que compartes con nosotros. Yo también te quiero.
M.M.

A Lola con amor

Queridos compañeros de viaje, heme aquí de nuevo. Me gustaría que aceptaseis este nuevo post como una evidencia del compromiso de implicación que pactamos al integrarnos en la, bien llamada, secta.


Tratándose de un curso de comunicación me he decidido a repasar conceptos que considero útiles para tomar conciencia de cómo utilizo mi lengua y quisiera compartirlo con vosotros.

Sin pretender hacer un artículo científico (por lo que evitaré citar autores, escuelas…etc , éste es un compendio -simples coordenadas- sobre el signo lingüístico y sus relaciones; Para, a partir de aquí, delimitar la existencia de los sinónimos. Para terminar ocupándome del caso de las conjunciones adversativas sin embargo y pero que ya han generado algún debate entre nosotros.


Empecemos, si os parece, por el malvado y necesario signo lingüístico o unidad léxica.


El signo lingüístico está constituido por dos partes individuales e indivisibles. El significante (imagen acústico-física) y el significado (imagen- concepto)


Conviene recordar que entre los principios que rigen el signo lingüístico se encuentran los siguientes:

El signo lingüístico se sucede consecutivamente en el discurso en forma de enunciados. Uno tras otro forman una cadena.

El lazo que une al significante con el significado es arbitrario, producto de la combinación libre; por esta razón, un mismo significante. Tiene diferentes significados.

Aceptando este punto de partida, podemos asegurar que el signo lingüístico se estructura en la cadena del lenguaje hablado y en cuanto a su significado, mediante relaciones sintagmáticas y paradigmáticas.

Para delimitar la existencia de los sinónimos, sólo coordenaremos aquí las relaciones paradigmáticas.

Las relaciones paradigmáticas, en sus distintos grados, posibilitan la relación entre elementos léxicos mutuamente sustituibles en sus respectivos niveles lingüísticos.

Un paradigma es un conjunto de elementos léxicos que pueden ocupar una misma posición, en la cadena hablada o escrita, teniendo en cuenta que mutuamente pueden sustituirse y que el empleo de uno de ellos excluye el uso de todos los demás del paradigma. Están, por lo tanto, en oposición: el rasgo distintivo de cada elemento aparece en oposición a los demás del paradigma.

El paradigma, constituye un conjunto cerrado o acabado en sincronía. Un ejemplo de paradigma semántico sería: la palabra notable excluyo a sobresaliente, aprobado y suspenso ya que los cuatro términos pueden ocupar la posición de la palabra notable.

¿Existen, entonces, los sinónimos?

Los sinónimos son definidos como significantes distintos con significado exactamente igual.

Esta afirmación supondría que cualquier unidad léxica, del mismo tipo, en relación sinonímica con otra podría ser intercambiada en cualquier contexto sin que éste se alterase.

Sin embargo, al tratarse las relaciones sinonímicas de relaciones de identidad, podemos afirmar que cada significante tiene rasgos diferenciales-tanto léxicos como semánticos- por lo que la utilización de un significante u otro modifica al contexto.

Es éste el motivo, sin entrar en los aspectos de arbitrariedad, socioculturales…etc , de la elección inconsciente de una unidad léxica sobre otra en las relaciones paradigmáticas.

Quizá podríamos hablar de unidades léxicas con una gran intersección de rasgos, no de sinónimos.

¿Significan igual pero y sin embargo?

Es evidente, a estas alturas del discurso, que – al no existir sinónimos- su significado es distinto.

Coordenemos un poco más, si os parece.

Ambas unidades léxicas son conjunciones de carácter adversativo; sin embargo el rasgo diferencial, en mi opinión, estriba en los valores que rigen a ambas y en el posicionamiento de quién las utiliza.

La utilización de la unidad léxica pero implica- en mi opinión- desechar la información sin reconocer al emisor de la misma. Por tanto la inexistencia de aceptación y respeto.

Por el contrario, la utilización de la unidad léxica sin embargo implica- siempre en mi opinión- el desacuerdo, después de valorarla, con la información recibida y además la aceptación de la misma, su acogida y el reconocimiento de quién la emite.

Y colorín colorado este mareamiento se ha acabado.

3 comentarios:

  1. Superser, mi más sincero agradecimiento por este análisis que nos ofreces. Me parece importante conocer los fundamentos de los recursos –en este caso lingüísticos- que utilizamos –cada vez más a menudo-. Además de lo que está a la vista –el texto-, te agradezco el gran esfuerzo y la dedicación que, entre bambalinas, has puesto en la indagación y estructuración de contenidos para ofrecérnoslo del mejor modo, el tuyo.

    Un beso enorme, te amo.

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  2. Gracias Superser por compartir con nosotros tus vastos conocimientos lingüísticos. Hacía tiempo que no leía un texto que exigiera tanto de mi capacidad lectora.

    En aras de la flexibilidad, dejo aquí nuevos elementos para contribuir a ampliar nuestra paleta de colores a la hora de expresarnos.

    "aún así", "no obstante", "mas", "empero", son expresiones similares a las que discutimos. Dejo a cada cual la posibilidad de investigar sus significados y usos exactos mientras yo me pregunto por qué me excito sensualmente al emplear determinadas palabras del diccionario. Quizá haya que añadir una nueva patología al DSM (la biblia de la psiquiatría).

    Un abrazo a todos.

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  3. Vaya, vaya... lo quiero tener presente porque lo necesitaré leer como 5 veces más... para integrarlo y seguir aprendiendo.
    Gracias SuperSer.

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