martes, 25 de mayo de 2010

MI MENTOR: MI SER EVOLUCIONADO; MI SER EVOLUCIONADO: MI MENTOR

A través de las experiencias vividas en dos de los ejercicios realizados durante las jornadas de nuestro master, he encontrado conexiones y confluencias muy interesantes, que me gustará compartir con vosotros, y quizá os apetezca aportar algo de luz –que será fantásticamente recibida- a la simbología de lo que os cuento a continuación.
Hace unos cinco años aproximadamente, en uno de los talleres de un master en coaching en el que yo estaba participando, realizamos un ejercicio de introspección, en el que nos inducían (en grupo) a un estado hipnótico. La finalidad de aquel ejercicio era entrar en contacto con nuestra intuición, visualizarla y ponerle nombre, de modo que pudiésemos recurrir a ella cada vez que la necesitásemos. Yo vi a alguien que me impactó. Ahí estaba él, al otro lado de un precipicio en cuyo borde yo estaba sentada con los pies colgando hacia el abismo. No me habló directamente aunque me sorprendió el sentimiento de sabiduría, templanza, y autoridad (quizá rozando la severidad) que me transmitió. Recuerdo muy bien su imagen, y el poder de su mirada.







Algunos años después, María nos ha posibilitado, en este master en PNL, la realización de aquel evento a través del que conectábamos con nuestro Ser evolucionado, en el que podíamos verlo, sentirlo, oírlo, vivir la grandeza de la completitud, del amor universal, de la pacífica sabiduría. Aquel en el que yo reconocí a alguien a quien ya había visto anteriormente, solo que ahora tenía otro aspecto.




Lo cierto es que esta imagen me produjo una sensación contradictoria; de un lado me parecía de una rotundidad y poder majestuosos, transmitiéndome al mismo tiempo tanto bondad, templanza y espiritualidad como solemnidad y magnificencia; de otro me daba pudor el hecho de compartir aquello que había visto, aquello que es parte de mí, ¿un hombre?, aún más ¿un anciano? –pensé- otra vez ¿este anciano?. Muchas dudas acerca del significado y la simbología de esta imagen se me escapan aún y quizá el hecho de que sea hombre ni siquiera tenga importancia, todavía no lo sé.
La cuestión es que, recientemente trabajamos en el último taller la “caja de resonancia”, identificando en primer lugar a algunos personajes que habían formado o formarían parte de nuestra vida. Y cual fue mi sorpresa cuando al proceder a identificar a aquel mentor o maestro que me ha acompañado a lo largo de mi vida y ha sido testigo de mi evolución, aquel que seguirá siendo parte de mi aprendizaje y progresión, de forma casi inmediata aparece de nuevo esta imagen.
Un ente que se ha convertido para mí en algo cercano y familiar, en una presencia poderosa y contundente, que emite una energía fulgurante, imperiosa.
-Curiosamente también fue él quien me recibió para hacerme saber cuál es mi misión y el que me entregó el regalo (una llave) a través de lo que me pareció un ritual iniciático-
La cuestión es; este Ser evolucionado, este ente trascendental no sólo aparece -como yo pensaba-, como parte de lo que yo podría llegar a ser. Me doy cuenta de que es la esencia misma de lo que soy y de que me ha acompañado como guía a lo largo de mi camino, accediendo a mí en la forma y en los momentos en los que quizá yo he sido capaz aceptarlo sin resistencias –es decir, en un estado hipnótico-. Un proceso en el que me ha ofrecido la constancia de su presencia, ha seguido mis progresos, me ha enviado mensajes. En realidad ha asistido y asistirá a su propia conformación.
Tal y como yo lo entiendo, es como si ese Ser evolucionado latente esté supervisando el desarrollo del trabajo necesario para llegar a ser exactamente lo que es. Como si estuviese poniendo en mi camino aquello que verdaderamente él requiere para llegar a haberse convertido en lo que es.

Es por esto que al mismo tiempo Soy y puedo llegar a Ser.

Ahora investigaré acerca de la simbología de este ser –mi esencia al fin y al cabo- tal y como se muestra, tal y como os muestro en las imágenes totalmente fieles a lo que vi: un hombre anciano (aparentemente) con un cetro, con barba y de largo pelo cano, cuya mirada transmite inmensidad, magnificencia, bondad y rectitud.

Besos. MaCser

4 comentarios:

  1. Bonito descubrimiento my love, enhorabuena por tu "darte cuenta" una vez más, por tu evolución y tu toma de conciecia.¡Qué guay eres!

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  2. Ni siquiera ese Ser eres tú, sino que esa es la manera que descubres y redescubres tu Ser. En la medida que vayas evolucionando lo irás percibiendo de maneras diferentes, tu equipamiento irá desarrollándose hasta percibirlo con tal sutileza que ya no usarás la vista para ello,incluso puede ser que llegue un momento en que ya no lo "veas" de ninguna manera. A veces tememos ese momento por no sentirnos "huérfanos", pero eso no ocurre así. Una vez pasadas todas las fases y estadios de reconocimiento del Ser, una sencillamente Es.
    Te felicito por tus descubrimientos acerca de ti, te deseo lo mejor. Un fuerte abrazo.

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  3. Gracias por la reflexión María, quiero saber más información acerca de esto que me comentas, así que prepárate para el interrogatorio ;-). Un tierno abrazo.

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  4. Estoy a tu disposición, ya lo sabes. Aunque no sé más respuestas que las que sé, y sé que son insuficientes, si te sirven, estaré encantada.
    Un abrazo.
    PD. e envío por e-m un libro que me resultó muy revelador al respecto. Espero que te guste.

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